miércoles, 22 de agosto de 2012

Las Aguadas


 Enorme y tranquila. Como un lago en las montañas. Apartado de todo. Profunda es la tristeza. Este tipo de amargura, desesperanza pasiva. Me fui al otro lado y no sé si pueda volver. Me gustaría desaparecer por un tiempo. Ser borrado de la memoria. Y descansar. Porque estoy harto de empezar de nuevo. De resistir. De intentar hacer las cosas bien. Hacerlas mal. Al fin y al cabo ya no importa. El lago devuelve mi reflejo. No hay nadie de el otro lado para hablar. Nada que alcanzar. No hay fin, no hay medio, no hay nada sobre lo cual apoyar. El desinterés total. Estoy terriblemente cansado. Y con urgencias de nadar. Pero solo veo mi reflejo sobre el cristal.

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