jueves, 24 de diciembre de 2009

Lou Reed y la Navidad

No hay caso, estas fechas no me generan ninguna clase de felicidad "extra". Mientras miro el quilombo general y usual de la noche del 24 una cosa me llaman la atención, a saber: "¿Cómo puede ser que un "lujo" inventado hace no se cuantos miles de años por los chinos todavía nos siga copando tanto?. Definitivamente, a los seres humanos, nos debe de gustar ver mierda explotar, está en nuestra naturaleza"

Por suerte después pasaron el concierto "Berlin" de Lou Reed y toda la navidad se me fue a la mierda.

Gracias Santa Cinemax

domingo, 20 de diciembre de 2009

Falling backwards


Si Ud. nunca tuvo la sensación de caer hacia atrás es algo más o menos así, y voy a ejemplificar: Conozco una mujer, que usa la religión organizada como excusa para hacer cabotaje con su vida. Va lenta y segura siempre cerca de la costa.
Paso, a paso, cabo, a cabo va avanzando. Excepto que después del tercer o cuarto puerto, luego de viajar a lo largo de varias semanas , se encuentra que nunca avanzó. Que está exactamente donde empezó.
She's falling backwards

#90210

Habíamos llegado a la fiesta a medio empezar. La casa era lo suficientemente agradable como para asquear a cualquiera con un mínimo sentido de la decencia.
Por suerte la atravesamos rápidamente para desembocar en el jardín. El pequeño circo de los terrores que algunos individuos gustan de llamar "la barbacoa".
El fondo de la casa era lo bastante extenso como para contener a la gente, sus billeteras y los excesos de ego que se les escapaban por el culo en forma de interminables listas de actividades, opiniones políticas y objetos de alto vuelo que podían o ya tenían en su poder.
Tengo que admitir que ya venía bastante "entonado" al llegar, y luego de saludar al cumpleañero encaré hacia la mesa de tragos, hice alguna mala movida que me alejó de la seguridad de mi grupo. Gran error. Ahora me encontraba con medio vaso vacío en una mano, media botella de gin en la otra, media conciencia y medio cigarrillo que pendía de mi labio inferior; solo, enfrentando al dragón.
El hombre que sostenía la espátula me resultaba demasiado familiar. A un lado de la parrilla hablaba con un grupo de muchachos engominados, camisas, shorts y alpargatas de shopping center. Repartía hamburguesas a quien se acercara mientras se escurría entre toda aquella basura de derecha. No se confundan, yo soy, básicamente, un hombre de prejuicios y sé cuales son míos. Sin embargo, hay ciertos prejuicios con los que me siento lo suficientemente cercano como para abrazarles sin chistar.
El asador de otro planeta hablaba y hablaba, largaba mierda a más no poder. Parecía tener vagones, cargamentos enteros de esa porquería que vomitaba constantemente con un tono encantador. Intentaba que no se notase pero era irremediable. Como candidato de la derecha más conservadora había tenido su momento hace unos quince años, hoy intentaba volver por un poco más de torta, se babeaba mientras pegaba alaridos de desesperación por un poco más; un poco más de dinero, un poco más de reconocimiento, un poco más de poder.
Y repartía hamburguesas convencido de que estaba sumando puntos. El muy estúpido ni siquiera estaba molesto por verse rebajado a hamburguesero por unos votos más.
Sabía que la familia era de derecha, quizás el les debiera algún favor, o quizás fuese al revés, no importaba realmente. El estaba allí, repartiendo carne con la convicción y la alegría de que así como a Cristo le había tocado cargar con su cruz el debía de cargar con la suya, y eso estaba bien. Apuesto lo que sea a que si este tipo viviera en el ’45 apoyaría a los aliados con tal de quedar bien con la mayoría de gente posible.

En todo caso, ahí estaba yo frente al dragón, y este no paraba de vomitar sus porquerías pseudo intelectuales sobre todos esos supuestos importantes temas. Rodeado de aquella gente etérea, repartiendo comida y rascándole el lomo a esa juventud derechista, derechista por fe, estupidez o simple tradición.
Ahí estaba el, y ahí estaba yo, arruinado e intentando nuevamente servir el gin dentro del vaso.

Alguno de estos chetos apaisanados se sacó una guitarra del culo y empezó, acompañado por una acicalada muchachita para luego ser acompañados por la multitud en una serie de loas folclóricas a sus héroes, algunos nacionales, otros partidarios, a épicas batallas y a patrias de fantasía, canciones de funeral. A esta altura ya era definitivo, aquello debía de ser el infierno.
Tomé mi botella de gin y me deslicé por un costado. Fuera de la casa, fuera del jardín, de vuelta al mullido purgatorio.
Última vez que vengo por este barrio en época de elecciones.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

#44

¿Acaso tiene sentido
esperar el toque justo de ruleta
cuando abajo
muy debajo de la mesa
se encuentran
a razón de mil a una
todas las fichas ganadoras?

Todas las fichas ganadoras que aún esperan
sea político o poeta
cantor o marioneta
errante vagabundo
o campeón de las carreras

Abandónese a la suerte entonces, señor...mejor...postor
Que si la misma le acepta, bien
Y si no, mejor.

viernes, 27 de noviembre de 2009

To Blend in

Blend: To combine or mix so that the constituent parts are indistinguishable from one another


Silencio. Camina despacio y sin titubear. Sí, lo sé. Poco a poco todo lo turbio se va oscureciendo más y más y más. Camina derecho. Derecho dije! Haz silencio, no hables. Ellos miran detrás de tus párpados buscando la primer grieta para, con un golpe de tacón, meterse y hurgar, hurgar, y hurgar. Son carroñeros. Pero no te dejes asustar. Solo buscan en otros lo que no encuentran en sí. Pretende que sabes lo que haces, lo que dices, dejales completamente desorientados por la marea de tu presencia, del ser, del plástico, del olor a gin seco. Nunca hagas nada que ponga en juego tu posición. Crear, hablar, demostrar, creer, pensar es ponerse de rodillas. Es darles los zancos y el sombrero para que suban a hacer sus números. Lo peor es que les gusta, por Dios, les encanta toda esta mierda! Algunos se fascinan tanto con esa sensación de altitud que se convierten en adictos, caminando por las calles, delgados, pálidos, covulsionantes, con sus miembros flácidos, inertes en busca de un nuevo falo que hacer propio. Temen como nadie nunca temió. Sudan como marranos con sus lentes negros, sus botas, corbatas y deliberada bohemia, su deliberada espontaneidad. Vienen en todas las formas y colores y te están mirando a vos. Pero no temas. Conocemos la manera de camuflarnos; o como dicen ellos: "to blend in".

sábado, 14 de noviembre de 2009

Del verano

Venía caminando calle abajo con una esperanza a medio armar, las costuras de la campera descocidas y unas ganas tremendas de prenderse del primer par de caderas que se asomaran por esa larga tarde de verano.
Caminaba descolorido, como contando los pasos. Había pernoctado en casa de unos amigos y recién en ese momento decidió desandar el camino andado hasta su casa en pleno Barrio Sur.
La noche la recibió con tinto aguado y tabaco en abundancia. La joda se había armado a dos cuadras de allí, en casa de unos vecinos. Curioso, como un asado en la vereda se convierte por arte de magia en reunión vecinal y finalmente en fiesta del barrio.
Solo, Santiago tomaba recostado contra una pared. Alguien había arrimado un par de parlantes y la cumbia empezaba a hacerse sentir en las muelas. El baile se armó en la calle. Fin de año se sentía en el aire.
A medio camino entre la sórdida borrachera y la demencia tropical divisó una abundante cabellera roja pegada a un nada despreciable par piernas que enmarcaban un nada despreciable culo que, moviéndose al compás del bailongo, era aún menos despreciable.
Rápidamente trastabilló camino a la pelirroja quien ya viéndole venir se preparó para la mecánica de ataque.
Santiago se agitó, zarandeó y movió tanto como pudo, ella se rió, el disparó un par de frases que le permitieran entablar una conversación y para antes de las 2 a.m. ya se habían apartado un poco del jolgorio e intercambiado teléfonos.
Para el momento en que emprendieron la vuelta (ella a su casa, el gentilmente acompañandole), dos cosas embotaban la cabeza de Santiago: El alcohol, y las curvas que, siguiendo bien de atrás, se vislumbraban entre los pliegues del ligero vestido azul que tan bien se ceñía a su cuerpo.
-¿Querés pasar?-
La pregunta le sacó de su ensimismamiento.
-¿Qué?-
-Que si querés pasar-
Las neuronas de su cabeza reventaban como pop-corn y millones de ideas y fantasías se formulaban en su mente.
-Sí, sí, por supuesto-

Las escaleras del antiguo edificio subían y se solapaban unas contra otras en absoluto silencio. El piso de baldosa y la falta de luz aumentaban la sensación de frío. Subían tomados de la mano, ella, cual náyades le guiaba hacia su cuarto, hacia sus aguas, a sus ríos.
Repentinamente, en el tercer descanso se detuvo en seco, ¿Cuanto iban a seguir subiendo?, tiró de su mano trayéndola hacia sí, le rodeó con su otro brazo, la presionó contra su cuerpo y le estampó un beso en plena noche de Noviembre.
En un estertor los brazos de ella se interpusieron entre los dos desembarazándose de el.
-No, no, ¿Qué hacés? Así no- Se quejó e inmediatamente se propulsó escaleras arriba.
Santiago dudó si debería de seguirla. Escuchó, un descanso, llaves, el portazo y el sonido final de la cerradura instaurando un mundo entre los dos.
El, aún parado en el descanso juntó aire, -¡Hija de puta!- gritó hasta quedarse seco, y emprendió el camino de vuelta a casa.

jueves, 12 de noviembre de 2009

The King is in dha house

Está recostado sobre un sillón raído. Saco marrón a un costado, en el suelo. Zapatos y pantalón a tono. En mangas de camisa fuma metódicamente, las cenizas se acumulan en su pecho.
Se parte la boca con Charlie Parker, que viene sonando bajito, casi imperceptiblemente desde un costado la habitación.
Nunca le gustó las etiquetas pseudo intelectuales que se le adjudican al jazz. El, que había crecido la mayor parte de su vida escuchándole por influencia de sus mayores no le veía esa magnificencia tan pedorra, tan sopa instantánea, tan que no tenía nada que ver.
El jazz, a su entender (o al menos el que el consideraba bueno), se trataba, al igual que muchas otras músicas, de la explicación sin explicación alguna. Simplemente el ser en un momento particular (pudiendo ser este momento muchos momentos) y el estar de algún humor especifico (sea cuales fueren).
Realmente, le daba pena la intelectualización y academización de un género inventado por hombres y mujeres que en su mayoría no sabían ni leer ni escribir, ni música ni idioma.
Pero sin embargo, y más allá de todo ese asunto, había algo que le mantenía con media sonrisa clavada en el rostro y los ojos bien cerrados.
El disco saltó a King Oliver y su inmortal, inmejorable versión de "St James Infarmary".
He's got the blues baby, esa tristeza inmensa, tan inmensa que debe ser la felicidad.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Los gatos de Louis Wain
















































Luis Waine fue un pintor inglés. Cuando su mujer fue diagnosticada con cáncer tenían gato el cual parecía animarla bastante y con el tiempo llegó a adquirir una relación especial. Ella murió.
El quedó viviendo con sus chequecientas hermanas y pasó de pintar gatos con cualidades humanas.
Más tarde fue diagnosticado con esquizofrenia e internado en el Benthlem Royal Hospital pero siguió pintando.
Estos gatos son de esa época.

El Benthlem tiene una galería con obras de los artistas que estuvieron ahí internados.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Buscando a Mictecacíhuatl

Catrina
Santa Muerte
No quiero fieles difuntos
Ni muertos vivos,
No quiero tequila a media asta
Ni torpes arrumacos de cartón.
Catrinita
Estampita de mi corazón
El día va a llegar
en que nos volvamos a ver,
Y si no te rajo a balazos
Y si no chupas ni vas a fandango
Te pido me dejes tranquilo
Y no vuelvas a mi balcón
Porque aunque lo mismo de,
Perder el pellejo mañana que hoy
Todavía le quedan
un par de cosas a esta calavera
por chillar.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Están hechos de carne

Están hechos de Carne (They're made out of meat) 1991
Terry Bisson
Cuento nominado al premio Nebula de 1991.
Traducción por "El Sofista"


—Están hechos de carne (*).
—¿Carne?
—Carne. Están hechos de carne.
—¿Carne?
—No hay dudas al respecto. Recogimos a varios de ellos en diferentes partes del planeta, los llevamos a bordo de nuestras naves y los investigamos de lado a lado. Son completamente carne.
—Eso es imposible. ¿Qué hay de las señales de radio y de los mensajes a las estrellas?
—Usan ondas de radio para hablar, pero las señales no salen de ellos. Las señales salen de máquinas.
—¿Pero quién hizo las máquinas? Queremos contactarnos con ellos.
—Ellos hicieron las máquinas. Eso es lo que trato de decirle. La carne hizo las máquinas.
—Eso es ridículo. ¿Cómo puede la carne hacer una máquina? Me pide que crea en carne consciente.
—No se lo pido, se lo digo. Estas criaturas son la única raza consciente en el sector y están hechas de carne.
—Tal vez son como los Orfolei. Ya sabe, una inteligencia basada en el carbono que pasa por una etapa de carne.
—No. Ellos nacen como carne y mueren como carne. Los estudiamos en varias de las etapas de su vida, lo cual no llevó mucho tiempo. ¿Tiene alguna idea de cuál es el período de vida de la carne?
—No quiero saberlo. Está bien, tal vez sólo son en parte carne. Ya sabe, como los Weddilei. Una cabeza de carne con un cerebro de plasma electrónico en su interior.
—No. Pensamos en eso, porque por cierto tienen cabezas de carne, como los Weddilei. Pero ya le dije, los investigamos. Son de carne por todos lados.
—¿No tienen cerebro?
—Sí, claro que tienen cerebro. ¡Sólo que el cerebro está hecho de carne! Eso es lo que estoy tratando de decirle.
—Pero, ¿con qué piensan?
—No me está entendiendo, ¿verdad? Se niega a creer lo que le digo. El cerebro es el que piensa. La carne.
—¡Carne que piensa! ¿Me pide que crea en carne que piensa?
—¡Sí, carne que piensa! ¡Carne consciente! Carne que ama. Carne que sueña. La carne es todo lo que hay. ¿Entiende la situación o tengo que empezar todo de nuevo?
—Por Diós. Entonces es en serio. Están hechos de carne.
—Gracias. Al fin. Sí, están totalmente hechos de carne. Y han estado intentando contactarnos por casi cien años de los suyos.
—Por Diós. ¿Qué es lo que quiere la carne?
—Primero, quiere hablar con nosotros. Después supongo que querrá explorar el universo, contactar a otros seres conscientes, intercambiar ideas e información. Lo normal.
—Y se supone que hablemos con carne.
—Esa es la idea. Este es el mensaje que han estado enviando por radio: "Hola. ¿Hay alguien allí? ¿Hay alguien en casa?" Esa clase de cosas.
—Entonces es cierto que hablan. ¿Usan palabras, ideas, conceptos?
—Sí. Excepto que lo hacen con carne.
—Pensé que me había dicho que usaban la radio.
—Lo hacen, pero ¿qué cree que hay en la radio? Sonidos de carne. Como cuando uno golpea o sacude un trozo de carne, éste hace ruido. Ellos hablan sacudiendo su carne a los otros. ¡Incluso pueden cantar cuando lanzan chorros de aire a través de su carne!
—Pordiós. Carne que canta. Es demasiado. Entonces ¿qué me aconseja?
—¿Oficial o extraoficialmente?
—Ambos.
—Oficialmente, se requiere que hagamos contacto, le demos la bienvenida y documentemos a todas y a cada una de las razas o seres múltiples conscientes de este cuadrante del universo, sin prejuicio, miedo o favoritismo. Extraoficialmente, le aconsejo que borremos los registros y nos olvidemos de todo este asunto.
—Esperaba que dijera eso.
—Parece duro, pero hay un límite. ¿En serio querríamos hacer contacto con carne?
—Estoy en un ciento por ciento de acuerdo. ¿Qué podríamos decir? "¿Hola carne, ¿cómo la están pasando?" ¿Funcionaría? ¿Con cuantos planetas tenemos que tratar aquí?
—Uno sólo. Pueden viajar a otros planetas en recipientes especiales para carne, pero no pueden vivir en ellos. Y como son carne, sólo pueden viajar en el espacio C. Esto los limita a la velocidad de la luz y hace que la posibilidad de que alguna vez hagan contacto sea en realidad muy pequeña. Infinitesimal, de hecho.
—Así que haremos como que no hay "nadie en casa" en el universo.
—Tal cual.
—Es cruel. Pero usted mismo lo dijo: ¿Quién quiere conocer carne? Y con los que estuvieron a bordo de nuestras naves, los que investigamos, ¿está seguro que no recordarán nada?
—Pensarán que están locos si lo hacen. Nos metimos en sus cabezas y les alisamos la carne, de forma que apenas seremos un sueño para ellos.
—¡Un sueño de carne! Es extrañamente apropiado que debamos ser un sueño de carne.
—Y marcaremos este sector como deshabitado.
—Bien. Estoy de acuerdo, oficial y extraoficialmente. Caso cerrado. ¿Algún otro asunto? ¿Alguien interesante en ese lado de la galaxia?
—Sí, una masa inteligente con núcleo de hidrógeno, agradable pero un poco tímida, en una estrella clase nueve en la zona G445. Estuvo en contacto hace dos rotaciones galácticas, quiere ser amistosa de nuevo.
—Siempre vuelven.
—¿Y por qué no? Imagínese lo insoportable, lo impronunciablemente frío que sería el universo si uno estuviera completamente solo


(*) Vale aclarar que en inglés, a diferencia del castellano, se distingue entre la carne humana —flesh— y la carne de los animales cosmestibles —meat—. Para realzar la actitud de los alienígenas, el autor siempre usa meat.

Pht







Eduardo Darnauchans


















-Poema para Ser Grabado en un Disco Fonográfico

-Los reflejos

Nada...eso.

miércoles, 28 de octubre de 2009



















Me estoy dando terrible paliza de Leonard Cohen.

"Anthem"

The birds they sang
at the break of day
Start again
I heard them say
Don't dwell on what
has passed away
or what is yet to be.
Ah the wars they will
be fought again
The holy dove
She will be caught again
bought and sold
and bought again
the dove is never free.

Ring the bells that still can ring
Forget your perfect offering
There is a crack in everything
That's how the light gets in.

We asked for signs
the signs were sent:
the birth betrayed
the marriage spent
Yeah the widowhood
of every government --
signs for all to see.

I can't run no more
with that lawless crowd
while the killers in high places
say their prayers out loud.
But they've summoned, they've summoned up
a thundercloud
and they're going to hear from me.

Ring the bells that still can ring ...

You can add up the parts
but you won't have the sum
You can strike up the march,
there is no drum
Every heart, every heart
to love will come
but like a refugee.

Ring the bells that still can ring
Forget your perfect offering
There is a crack, a crack in everything
That's how the light gets in.

Ring the bells that still can ring
Forget your perfect offering
There is a crack, a crack in everything
That's how the light gets in.
That's how the light gets in.
That's how the light gets in.

#88

"Esa tarde José hizo, lo que todas las mañanas, solía hacer". Y no fue hasta altas horas de la noche que se planteó aquella frase escrita sobre la servilleta del bar a medio usar.
¿"Esa tarde hizo lo que todas las mañanas solía hacer"? ¿Qué clase de frase era esa? ¿Quien carajo era José? Dibujó un signo de pregunta en el borde derecho inferior con mucho cuidado
de no romper el delicado papel y lo guardó en un cajón.
¿Quien carajo lo había traído hasta ahí? Los minutos pasaban y ya empezaba a arrepentirse de haberse apersonado en aquel apartamento, Sandra (y porqué no podría llamarse Sandra ¿No?) ya estaba demorando demasiado en el baño y el se estaba muriendo del aburrimiento.
Con mucho cuidado se deslizó por el sofá hasta quedar sentado en el piso de madera y empezó a armarse un tabaco.
Claro, había llegado veinte minutos antes, y como no le gustaba llegar excesivamente temprano a ningún lugar se detuvo a tomar algo en el bar de la cuadra anterior. ¿Donde estaba Sandrita?
La respuesta surgió del baño justo cuando estaba a mitad del tabaco: -¿Me esperastes mucho?- La "s", por supuesto le había parecido estaba de más. -No, no mucho Sandrita. ¿Vos ya estás pronta?-
-¿Sandirta?- Largo una risilla tibia que agitó su cuerpo mientras caminaba hacia su espalda, sentándose en el sofá, rodeándolo con los brazos y una pierna a cada lado -Si me querés llamar así no tengo problema ¿Sabés?-
Le susurró al oído. -Siempre y cuando pague- Replicó el a tono de explicación, -Por supuesto mi amor, siempre y cuando pagues- La frase se hundió en pequeños besos al costado del cuello y emergió -Pero vos te vas a portar bien ¿Verdad mi amor?-
"Touché", sin lugar a dudas era una experta en su campo. El asintió con la cabeza, apagó el tabaco, y se hundió en ella.
Y horas después se acordó, de la servilleta que había olvidado en su cajón. Pero le pareció más divertido dejarla ahí, sin explicación, intentando imaginarse la cara de la primera persona que se la cruzara y si se animaba, quien le leyera.

lunes, 26 de octubre de 2009

Mirar al futuro no es sinónimo de olvidar el pasado














Anoche lloré
después de tantos años lloré otra vez,
pero no derramé ni una sola lágrima azul
ni una sola lágrima blanca
ni una sola lágrima roja.
A noche lloré lágrimas rosa
rosa de rabia,
rosa de vergüenza,
rosa de indignación,
rosa de tristeza.
Lloré porque en MI PAÍS
EN MI PAÍS,
se permitió que se perpetuaran en el tiempo tantos
y tan viles crímenes
que hoy estoy de luto.
Hoy la indignidad cubre estas tierras como un manto cenizo.
Hoy estamos perdidos,
hoy no sabemos que hacer con nuestras manos
y cabizbajos andamos por la calle
rumiando, deseando poder cantar con propiedad
"Tiranos temblad".
Y así,
tristemente,
avanzamos hacia la historia.

Pero recuerden, ya nos van a tener otra vez, golpeando la puerta de sus conciencias, intentando avivar la chispa del pensamiento.



Nunca fuí de sentirme orgulloso por ser Uruguayo. Siempre me pareció que por una cuestión de azar nací acá, y de acá hay cosas que me gustan, otras que no. Sin embargo, desde ayer que siento una profunda vergüenza de ser parte de este "pueblo", de este país.
"Crímenes de lesa humanidad". Estamos hablando de violaciones a los derechos humanos, estamos hablando de violaciones de todo tratado internacional que compete al tema. Estamos hablando de civiles inocentes (la organización guerrillera llamada Tupamaros ya estaba disuelta en el 73) quienes fueron secuestrados de SUS calles, de SUS hogares, de SUS familias; personas que fueron privadas de sus derechos y garantías más básicas, que fueron torturados, asesinados y desaparecidos. Estamos hablando de niños que fueron arrancados apenas nacidos de los brazos de sus padres, colocados en una familia militar y criados con la mentira sobre quienes eran sus padres y donde estaban.
Estamos hablando de gente que fue secuestrada por pensar distinto, por juntarse con amigos, por leer lo que no debían, por escuchar lo que no era correcto, por tener parientes que podrían estar (o no) relacionados con la izquierda, o a veces, simplemente, por estar en el lugar incorrecto en el momento incorrecto.

Un ejemplo: Cuando mi abuelo fue jubilado por las fuerzas armadas debido a "razones de seguridad nacional" (aparentemente un profesor de ingeniería química era peligroso para la seguridad nacional) le calcularon mal el pago y terminaron pagándole de más. Mientras el se reía de eso su abogado le dijo: "No te rías. Acá tengo el expediente de una mujer, maestra, de 40 años, que su hijo fue acusado de Tupamaro, juzgado por una corte y encontrado inocente. Ella fue despedida igual. Esta mujer no va poder volver a trabajar por esta injusticia"

Estamos hablando de una dictadura. Estamos hablando de una pesadillas Orwelliana. Si no usas el pelo como decimos, no te vestís como decimos, lees lo que decimos, escuchás lo que decimos, mirás lo que queremos, decís lo que queremos y pensás lo que deseamos te matamos. No tenés derecho a una vida política plena, no tenés derecho al libre albedrío, no tenés derecho a cerrarle la puerta a un contingente de soldados armados, ellos te acribillan y vos no podés decir nada. No podés festejar tu cumpleaños, las reuniones están terminantemente prohibidas.

Estamos hablando de que por segunda vez dejamos que los responsables de devolver el oscurantismo a este país, de raptar, torturar, asesinar y desaparecer uruguayos y uruguayas, civiles e inocentes fueron dejados sin un juicio y dejando en vigencia una ley INCONSTITUCIONAL que les protege. No estamos hablando de que sean declarados culpables; estamos hablando de que sean enjuiciados. Nada más, nada menos.

Por eso este, quizás un poco extenso (pero nunca suficiente), momento de sinceridad. Porque ahora somos nosotros los que tenemos las manos manchadas de sangre. Ya matamos, y ayer volvimos a matar a 170 (o más) desaparecidos y a tres millones de vivos.

Por eso, hoy más que nunca,
los uruguayos indignos del primero al último.

jueves, 22 de octubre de 2009

De Celaya











Cuan cierto
en de Celaya, sus "Cantos Íberos".
Aqueyo de que "la poesía es un arma cargada de futuro",
lástima que en su gran mayoría
la gente no leamos poesía.
(Y que los que la practiquen sean,
en su mayoría,
unos turros)

jueves, 8 de octubre de 2009

Clase del 86

"La palabra poeta.
La palabra poeta es una mierda. La odio.
¿Qué carajo se supone que es un poeta?
No es por darle la espalda a nada ni caer en lugares tontos, pero siento que es más poeta un tipo que trabaja en la obra, una mujer que cose o una prostituta que quien se dice poeta.
No es un tema de "perspectivas", el problema no es el concepto. El problema son las palabras, siempre son las palabras. Ellas "son" y "no son" recipientes vacíos y yo siento más poeta al menos poeta en cuestión."
-Que le vamo' a hacer loco, acá hay que saltar o tirarse al vacío. Dos cosas que, aunque parezcan lo mismo, son bien distintas ¿Estamos?- Se dijo en voz baja mientras caminaba hacia la rambla.

El aire soplaba frío y se venía la tormenta. Una nube llamó su atención en particular. Era una nube gorda, enorme, que pateaba rayos en todas direcciones. Una especie de erizo de mar eléctrico. Una cosa terrible para tener muy cerca de las narices.
Bajó a la arena y se entretuvo dibujando erizos en el piso mientras pensaba. La noche no había estado mal; había circulado una grappamiel de los más energizante, la música había estado bien e incluso se había ganado la confianza de la amiga de Sofía, quedando en verse entre semana después del laburo.
Sin embargo había "algo", ese mismo algo que le dejaba patitieso algunas noches en la momento de meterse solo en la cama. Algo que siempre parecía estar al alcance de la mano pero siempre escurriéndosele entre los dedos, escapando justo a tiempo. Como intentar agarrarse el codo con la mano del mismo brazo. Algo de lo más incómodo.
"El poeta es un tarado. Salvamos a unos cuantos por sus obras, pero eran, sin lugar a dudas, unos tarados de primera."

Miró el cielo y decidió desandar el camino andado y seguir un poco más. Se venía la lluvia, tenía que tomarse el bondi y dormir algo antes de arrancar al trabajo. Otra vez al trabajo.

viernes, 2 de octubre de 2009

Or/Nor

A fuerza de atragantarse de aquella soledad tan acompañada se empañó el vidrio que le comunicaba con el espacio exterior.
Era una persona sin . Todas aquellas cosas que damos por sentadas, aquellas cosas en las que tenemos fé carecían de esa firmeza de la que solo gozan las cosas más cotidianas. Cosas como la gravedad; esa seguridad sin miramientos, de que al levantarnos de la cama no vamos a salir volando ya no exsistía, no estaba más.
Cada acción ahora se dividía en causas y microcausas que podían enlazarse y desenlazarse de infinitas maneras. Nada era seguro. Nada era estático. ¿Te imaginás lo qué es no saber si al pisar el piso vas a terminar uno, dos o seis pisos más abajo? ¿Cómo saber que no vas a seguir de largo y perderte en la tierra sin nada de qué aferrarte?
Usualmente vemos los espacios como lugares vacíos en los que se colocan elementos. Sin embargo, ya no veía los espacios llenos, veía y solo notaba los espacios vacíos. Era el negativo del mundo, los polos se habían invertido y el mundo ahora era un inmenso espacio vacío y aterrorizante.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Revolution baby

Es la noche abierta
el sonido del piano al caer.
Es el sonido de unos tacos recorrer la habitación,
es un hotel, o un hospital
con la letra muda, con los deberes mal hechos.
O quizás
más bien,
lo que no debía ser:
Un cementerio lleno de avivados que cantaron las canciones de cuna debidas, tuvieron los amores no correspondidos que debían tener, y llenaron sus vasos con el absenta de la vida, de la ajena, las ideas bien fundadas, la bebida de la resistencia. Fregaron, fueron a la escuela y no cantaron el himno como debían de hacer. Se revelaron y se fueron a dormir.
Todo con tal de no pertenecer.

Smells like shitty spirits

Y así fue. Una masa oscura y viscosa, un aura de aburrimiento que se arremolinaba a su alrededor y que por las noches se transformaba en una grotesca araña de proporciones descomunales que le susurraba al oído mientras intentaba dormir. Una habitación que se llenaba con montañas de cigarrillos que escalaba hasta altas horas del amanecer donde en las noches de tormenta remontaba cometas, a la caza de algún rayo o algún submarino.
Parecía que el universo entero había dado un pequeño salto a la izquierda después de aquel invierno, un tropezón que había dejado al descubierto capas de realidad que se desplegaban como un abanico, de su cabeza, como de una tele mal sintonizada emergían sombras, fantasmas, gente que era sombras que era gente que no eran en realidad.
Sí la frase "¿Quien sos en realidad?" siempre fue difícil de responder más difícil se hacía de preguntar. Y sin embargo, como dije, el aire extrañado por el olor casi imperceptible del tedio dejaba al pasajero de este tren, su tren, El tren, Ella tren, con una mueca enrarecida de perfecta entonación. Pero no por un conocimiento o dominio de la situación. Es, simplemente, porque pega con el fondo. Todo parece pegar con la puta cortina musical.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Otra de investigación

Atención, parental advice: Este texto puede incluir varias palabras subidas de tono y cosas del estilo.




¡La reputísimamadrequelosrecontaremilparió! Yo entiendo que quizás la situación económica del mundo no sea la mejor. Yo entiendo que mis gustos quizás sean un poco inconvencionales, bueno, no, no los son. Diría más bien que son convencionalmente inconvencionales. Bueno, con más razón. Y para colmo vale decir que este es un supermercado en pleno barrio "high", que no me jodan, si en algún lugar tiene que haber, es acá.

Igual creo que si la situación mundial es tan terrible es bueno que te compren cosas ¿No? Bueno, quizás no tanto. O sea, si comprás cosas que después no vas a poder vender tampoco es muy buen negocio. La otra es que traigan poco y lo vendan extremadamente caro, en cuyo caso el producto en cuestión se vuelve prohibitivo. Y yo quiero. Por eso estoy acá manga de chupavergas. -¿Qué mira señora? ¿Le debo algo? ¿Le hago acordar a su nieto que se acaba de recibir en Yale?- Bien, la espanté. No me gusta estar como un boludo revisando los anaqueles con viejas rompe bolas que vienen a demostrar su poder adquisitivo mediante la compra de toda clase de chucherías y frasquitos minúsculos rellenos hasta la mitad con paté de vaya-uno-a-saber-que-chanchada y paquetitos de cositas de lucen como maní, huelen a maní pero cuestan dieciséis veces más, exportados de Hungría derecho a las manos de su sirvienta de preferencia...y probablemente sepan igual que el maní. Gaste para tener distinción en vida e invierta la suficiente para tenerla en la muerte.
¿Qué es esto? "Queso de cabra" Creo que probé alguna vez, sabe a queso pero más ácido y con menos gusto a queso. Definitivamente las cabras son animales que no sirven para nada. ¿Quien toma leche de cabra? Tampoco conozco a nadie que coma queso de cabra, o coma carne de cabra. Bueno, conozco a un tipo que tiene cabras. Pero no hace más que sacarlas a pastar, creo que cada año que pasa se parece más a una cabra. Un día voy a pasar por el vivero y me lo voy a encontrar pastando con los bichos sacándolo a pasear. Vamos a ver si le gusta cuando las cabras lo sacan a pastar, le ordeñan para hacer queso o lo hacen aparearse para comerse a sus bodoques....Ahora que lo pienso este tipo era encargado o algo así en esta cadena de supermercados.

No lo encuentro a el, en su lugar me topo con un tontón sacado de algún programa de Chris Morena.
-¿Si señor, en que lo puedo ayudar?- Camisa verde, sombrerito, unos cuantos granos en la cara, un corte a la moda y un carro lleno de esos panes de molde que ya vienen cortados, no sea cosa que uno se vaya a molestar en hacer "algo" por sí mismo. -Sí, escuchame. ¿Uds tienen una sección de lácteos no?- Duda, mira los panes, "no te preocupes guacho, los panes no se van a mover de ahí. Respondeme la puta pregunta y seguí embutiendolos en el estante. Los más nuevos al fondo, los que están más cerca de la fecha de vencimiento al frente" -Ehmm, sí, por este pasillo a la izquierda- Una mirada de desconfianza, sé que pasé por ahí y no ví nada, también sé que puedo perfectamente haber pasado por al lado y no haberlo visto -Ok, gracias-

Efectivamente, ahí estaba la sección de "Fiambrería, quesos y lácteos", vaya a saber uno porque se le dá por separar los quesos de los lácteos. Saco número y voy mirando. Ni rastro. Quizás si les pregunto lo tengan escondido en algún depósito o algo del estilo. "Pín!" -¡42?- (En realidad cabe aclarar que el grito del número es una mezcla entre exclamación informativa y pregunta) -Sí, hola...mirá , hace un rato que ando dando vueltas y no veo por ningún lado. ¿Tofu tenés?- La cara de aburrimiento de la mujer se convirtió en una mueca de incomprensión, mi cara se debe de haber convertido en una mueca de hartazgo porque inmediatamente se mueca-incomprensión cambió por "mueca-no me rompas las bolas nene" - ¿Que cosa?!- Una caña de pescar pelotuda... -Tofu, hmmm, ¿Queso de soja?- La pregunta sonó más a un pedido de clemencia que al subrayado de algo evidente que, en realidad, no lo es tanto. -Ehhh, no, no sé que eso eso- ¿Y? ¿Acaso eso quiere decir que no lo tenés? Solo falta que me diga "No abluo spañol" -Bueno, ok. Gracias, chau.- Ya era, este es el último supermercado en el busco tofu, que se vayan a cagar. Una de dos, o el tofu es un producto de mi imaginación el cual (por ser producto de mi imaginación) nunca comí o hay una conspiración internacional para evitar el tráfico de tofu a MI mesa.
Me retiro derrotado con dos cosas: Un paquete de Beldent que compré al pasar por la caja y la imagen del poster de Fox Moulder: The truth is out there. La batalla la perdí, pero la guerra recién comienza.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Una de misterio

La habitación era pequeña. Sin decoración en las paredes, había un par de sillones y un escritorio. Detrás de el se encontraba un hombre rubio, de camisa blanca y con un pañuelo atado al cuello.
La muchacha entró, no sin cierto temor. El fue quien comenzó la charla:
-Buenas-
-Hola-
-¿Primer nombre?-
-Venus-
-¿Apellido?-
-Verticordia-
-¿Y qué le trae acá Srta. Verticordia?-
-Hmm...bueno, en realidad vine por el aviso-
-¿Aviso? ¿Qué aviso?-
La muchacha sacó un recorte del bolsillo trasero del jean
-¿"HIC HABITAT FELICITAS
ACERCATE al mejor lugar de trabajo.
Buscamos chicas con o sin experiencia hasta 25 años para masajes a caballeros.
Sueldo aproximado U$S 1.000 Totalmente legal. Animate?"-
-Ah, "ese" aviso-
-Sí, "ese" aviso-
-¿Tiene experiencia?-
-Hmm...no. ¿Es importante?-
-No, no, no, para nada. Digame, señorita, ¿Qué le impulsó a buscar un puesto de trabajo en nuestra empresa?-
-Bueno...Ud sabe, las cosas están difíciles y...-
-Sí, bueno- La interrumpió - ¿Qué edad tiene?-
-25 años-
El hombre frunció el ceño con desconfianza
-¿Está segura?-
-....Por supuesto-
-Muy bien, ¿Qué horario le conviene?-
-Bueno, cualquier hora me sirve-
-Ok, si gusta firmarme en...-
La bic rodó de sus manos derechito al piso, la muchacha inmediatamente se zambulló debajo del escritorio en busca de la lapicera.
En ese momento un ruidaje de palancas avisó que el mecanismo se encendía. La mesa voló por los aires y una red que se encontraba (astutamente) escondida en el piso atrapó a la desprevenida muchacha que golpeó contra el techo y cayó estrepitosamente sobre la moquete verde.

El hombre del pañuelo apareció seguido de un hombre alto de aspecto roñoso, dos mujeres y un enorme perro. Una de las mujeres (la de lentes) se acercó, y poniéndole las manos en la cara a la muchacha procedió a quitarle la máscara.

-Já! Lo sabía! No era otro que el viejo Mills haciéndose pasar por esta muchachita en busca de jóvenes vírgenes!-

-No comprendo. ¿Para qué querría vírgenes el viejo Mills?- Preguntó la mujer con pinta de turrita

-Sencillo; -Respondió la que tenía pinta de avispada (o sea, usaba lentes)- para sacrificarlas y luego hacerse un traje de piel humana-

-¿Buscaba vírgenes en una casa de masajes?- Preguntó el fumeta al perro. Nadie le dió bolilla.

- Maldición! Lo hubiera logrado! hubiera conseguido mi traje de piel si no fuera por estos malditos chiquillos y su estúpido perro!-

El perro le lame la cara el viejo Mills y todos irrumpen en risas.

[Fundido en negro, créditos]

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Colgajos de una narración

La lluvia moja al inútil de su cabeza a nuestros pies
Y sus ojos aullan una nitidez presente
De su cabeza cuelga una fruta ya podrida
Que se descuelga hasta sus rodillas
Y se pone a comer

Nosotros jugamos con los restos y la lluvia
Se despidió con una sonrisa azul
Dijo "Saber no es lo mismo que conocer"
Parece que el tiempo le dio la razón

Mordemos el suelo con rabia y nos ponemos a olisquear
Notamos que había perdido una rosa y un botón
Cuando un vagabundo con zapatos franceses nos para con un silencio
"¿Ya se habían dado cuenta que esta es la verdad verdad?"
Sonrisa mediante nos sumergimos en perdernos y le dijimos adiós
Parece que nunca nos enteramos del final
Y al final no nos quisimos volver a ver nunca más

miércoles, 16 de septiembre de 2009

1

Que la gente pega
que la gente muere
que la gente olvida
Cenicienta derrocada en forma de una niña
pelotita de alcanfor,
que en su miseria obliga,
a creer:
que no todo está perdido
que hay algo que se puede hacer.
Una esperanza mezquina
que rumia los últimos pedazos del atardecer
Tus piecitos son la calle
y tu alma en vilo, que siempre
parece estar a punto de despertar
Y otro bondi pasa
y la rutina avanza, machacando,
tragándose a los dos
dejando solo la tinta que no me absuelve
y un invisible adiós.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Top five (Oh lleah!)

Las cinco peores pestes universales a las 2:30am de un Sabado:

1)No tener alcohol ni cigarros
2)Las frutas de nombre molesto y sabor impronunciable: Mango, Papaya, Guayaba, etc.
3)Los intelectuales
4)Los artistas
5)Los hombres que quieren gobernar el mundo

Ufah che

Piel y pisco, lengua de asfalto que rueda ya,
camino y callo, paso de esquinas derecho al mar
Sin saberlo descubro un canto viejo sobre la piel
Rueda que rueda, marcha discreta sobre el papel
Hojas inquietas, narices frías pegadas a la pared
Ya nadie se pregunta a donde van
Sus astillas ya no encienden la ciudad
Un cristal que se raja a la mitad
Mejor callarse y no volver a preguntar
o irse a acostar.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Cursi canción de amor

Tan poco tiempo y tantos juegos que jugar
mirá el día escaparse en un suspiro hacia la noche
miles de luces, miles de sueños y deseos
atrapados bajo una bóveda de cristal

Neón eléctrico ilumina a los amantes
noches enteras en la ciudad hechas jirones
y la basura en las calles

Por suerte llegué más tarde y al parecer
aquellos sueños se retuercen contra esta realidad
ni un sonido recorre el supuesto hogar
Y la casa no parece tan vacía cuando no estás

#.

Despierto bajo la lluvia de Enero, no conozco tu cara pero nos gusta tu sonrisa. Me desperezo y comienzo el pastoso ritual de lo cotidiano. Sus muslos apenas despiertos, mis ojos apenas dispuestos a la caridad. Me recuesto sobre un borde, hay ecos, está el calor del veneno que todavía corre por sus venas. El humo de los cigarrillos dibuja escaleras, hacia arriba, hacia abajo, un castillo de pasadizos, sobre los cuales, crustáceos, yacemos fuera de todo, dentro de la nada, en su mismísimo centro.

martes, 1 de septiembre de 2009

It's alive!

Plan de acción contra la resaca:

1- Apenas note el mal que le aqueja consuma, al menos, una copa más de su bebida alcohólica preferida. (La que se encuentre a mano también sirve)

2- No fume nada!

3- Incorporese con cuidado y prepare café mientras cumple con el siguiente punto.

4- Coma algo consistente. Nada de mierdas naturales, ni livianas, ni light.

5- Arme un porro

6- Fúmeselo

7- Bajo ninguna condición vaya al baño.

8- Tome su café acompañado de dos comprimidos de su agrado.

9- Tome un vaso de agua fría, asegúrese de tener tabaco (en cualquiera de sus variedades) y fuego.

10- Ahora sí, vaya al baño y fúmese ese cigarro.

La empresa no se hace responsable de lo que suceda una vez Ud ingrese en el baño. Los efectos pueden variar según el paciente.

jueves, 20 de agosto de 2009

Colette

Reviente! Total, a quien le importa.

Hace como una hora que arranqué con este sistema. Dividiendo la noche en dos partes: Hoy la primera con Sonic Youth y la segunda con The Smiths. Hace como cuatro tracks que arrancó la segunda parte.

Ud. sabe qué es lo que le espera después?

Esto de no estar cursando ningún estudio "formal" ni trabajando me está durmiendo de a poquito o quitandome el sueño, todavía no estoy seguro.

Cuantos años tiene?

Nada, en realidad intenté hacerlo varias veces pero no parece tener ningún efecto. Es im-po-si-ble.

Que tipo de música le gusta?

El otro día iba caminando y se me ocurrió una idea. Por suerte se me olvidó, porque era realmente buena.

Digame tres caracteristicas positivas y tres negativas de Ud

Si Adán al revés es Nada y la música de El Payaso Plín-plín es la misma que Cumpleaños Feliz no veo porque vos y yo no podemos ser la misma persona.

Y para terminar; ¿Cuanto, cómo y por qué?

Como dijo Oscar Wilde: "Cuando la gente está de acuerdo conmigo siempre siento que debo de estar equivocado."

Carrousel

Había una vez un bicho con tres cabezas. Y estas decían así:

-Sí, y me repito, esos son los peligros de la tan pretendida pseudo-inteligencia.
-La única cosa peor que un intelectual es un artista.
-Porque hay que considerar que todos son idiotas, que yo soy idiota, que vos sos idiota, que ella es idiota y así vamos.
-Hemos convertido al conocimiento teórico en nuestro caballito de batalla al servicio de la retórica más absurda.
-Nos encanta usar palabras como "complejo" cada vez que queremos decir "difícil", "complicado", "atravesado", etc, etc. Y después nos vanagloriamos de lo amplio de nuestro lenguaje.
-¿Vamó a tomar una cerveza?
Dos cabezas al unísono: ¡Callate!
-Bueno, yo solo decía

Y así siguieron hablando hasta el fin de los tiempos

lunes, 17 de agosto de 2009

Hay nena!


















"En un lugar del sol, hay un gurí
que tiene un gran anillo
con un gran diamante
Juega tranquilo allí
tá todo bien.
Por más que existan tipos, que no quieren a nadie
y haya peligros en el cielo
y hagan paquetes con el arte
Beibi yo te quiero."

-Gustavo Pena, "El Principe" -

*

-Alguna vez viste esos bancos de peces que andan pululando por el mar?
-Sí, de esos que andan en manada (cardúmenes según los especialistas),
esos que a veces se ponen de costadito frente a la cámara del Discovery y parecen un espejo.
-Esos mismos. Alguna vez te preguntaste cómo hacen para saber hacia donde se tienen que mover para mantenerse todos juntos?
-Hm...No
- Aha...¿Sabías que descubrí la respuesta?
-A ver...
-Hacen igual que nosotros; tan solo alcanza con que cada uno se convenza de cuan único, individual e independiente pececito es para que haga exactamente lo mismo que hacen todos los demás.
-Y así se mantienen a salvo
- Y las ballenas los envuelven con burbujas de aire y se los comen de a toneladas
- Entonces estamos fritos.
- Y...eventualmente, sí

CARTA OFICIO (tema 2)

Además de perder todo interés tanto en los pequeños detalles como en los grandes, obesos, absurdos, fofos y aguachentos temas de la vida también he perdido todo interés en la gente. Ahora mismo, mientras estoy sentado frente a la aséptica pantalla de la PC trago café con una mecanicidad suicida. Uno...dos...tres profundos tragos y se acabó la taza.
Quizás no debiera escribir sobre esto, después de todo no hay mucho que hacer o que decir, el café se acabó, quiero fumar un cigarro pero no tengo ganas. Escucho música sin el menor interés y hasta la diversión de la masturbación ha perdido todo valor, quedando un gesto mecánico colgado en el tiempo. El sexo y sus vueltas ya hace tiempo que dejaron de asomar por estos lados.
Quizás, una o dos veces haya pensado seriamente en el suicidio pero no tendría mucho sentido realmente. O sea, morir (al contrario de lo que muchos piensan o pensaron) no es un alivio. Es tan solo dejar de existir. En la nada no hay ninguna clase de sentimiento. Sí, es cierto, no hay desgracia pero tampoco hay nada más.
Para ser un suicida efectivo no te queda otra más que creer.
Creer o reventar.
Si crees, bien por vos. Clín caja, muerto estás. Te mataste, felicidades. Te vamos a llorar, te vamos a estudiar: ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué no pidió ayuda? Algunos van a encontrar en el día a día de tu vida misteriosas señales de lo que vendría y serás una sensación. Es más; quizás logres cinco minutos dedicados pura y exclusivamente a ti en un canal sin material de respaldo. O si sos lo suficientemente espectacular alguna nota en algún que otro diario.
Ahora...si reventás vivís. Bueno...vivir, vivir es un decir. Sobrevivís. Tu cuerpo y tu mente cumplen las funciones básicas y alguna más para rellenar espacios libres. Vas de un lado al otro, escribís en las paredes, te sentás en los bancos de las plazas y mirás con ojos bovinos a los viejos dándole pan a las palomitas. La vida no transcurre delante tuyo, tampoco dentro tuyo o si quiera cerca tuyo. Lo único que ves es un incesante desfile de personas que van y que vienen, que hacen o dejan de hacer pero en definitiva no hacen nada en absoluto. Te convertís en un espectador, en un quejica de primera línea, una imagen borrosa de lo que en algún momento fue una persona. Pero nadie lo ve (y lo mejor), nadie lo nota. Ni siquiera vos, o tu amante, o tus hijos o el tipo al que le comprás la droga (sea cual sea la tuya). Desde arriba todo se ve como una gran hoja muerta haciendo los mismos movimientos espasmódicos de una araña al morir. Y con el tiempo se cierra, se arruga y se dobla tanto sobre sí misma que no se distinguen sus bordes de sus venas u otro color que ese marrón grisáceo, decolorado y muerto.

"My milk is your shit, your shit is my milk"

jueves, 30 de julio de 2009

Uroboros

Ya eran las doce de la noche y Fernando se preparaba para la próxima ronda. Tomó el último mate, soltó las cartas sobre la mesa y se calzó las zapatillas blancas.

- ¿Te animás a pasarte por el comedor antes de volver y traer más agua caliente? - Dijo Bermúdez.

- Y no te olvides de saludar a la loca de los pulpos - Agregó Blanco, no sin recibir una mirada de censura por parte de la nurse.

Fernando asintió y salió al pasillo lamentando haber dejado semejante partida de truco por la mitad. "Ya van a ver cuando vuelva" pensó mientras miraba la luz de la calle colarse entre el enrejado de las ventanas. A Blanco ya le había sacado la mentira, el viejo Bermúdez era bastante mejor y les llevaba la delantera. Pero no iba dejar que tantos años de truco entre clases y tardes de domingo se fueran al tacho sin hacerles justicia primero.

La noche había estado muy tranquila. Sin un solo grito que les interrumpiera la ronda del mate, la radio bajita, la charla y la partida. Caminaba apurado por los pasillos del viejo edificio. El aire fresco le devolvió un poco de vida a sus pulmones ya viciados por el humo de los cigarros de sus compañeros. Hacía poco que había entrado y todavía no fumaba. Sabía que eventualmente iba a suceder. Era solo cuestión de tiempo.

Pasó por la habitación de la nueva. Miró por la rendija y la encontró durmiendo. La loca de los pulpos; comprendió la mirada-balazo que le había mandado la nurse a Blanco. La palabra "loca" estaba absolutamente fuera del diccionario en horas de trabajo. La mujer dormía placidamente. O al menos tan placidamente como se pudiera con la ayuda de el batallón de medicamentos que le inyectaban. Aunque no le hacía mucha gracia era norma del hospital cuando alguien ingresaba en ese estado. Ponerle a dormir de inmediato.
Fernando continuó su ronda con cierta satisfacción de que nada interrumpiera su camino hasta el comedor. Ahí consiguió un poco de agua caliente y emprendió la vuelta la sala de enfermeros.

La loca de los pulpos, cuando la mujer había ingresado esa tarde no hacía más que chillar sobre un pulo gigante que vivía debajo de la tierra. Seguramente a Blanco le costaría una observación por decir "loca" frente a la nurse."También, burlarse de esa manera de la pobre mujer...", Fernando sabía (no sin cierto temor), que eventualmente iban a dejar de importarle los pacientes del hospital. Y de cierta manera se daba el gusto de, mientras le durara, sentirse mejor que sus compañeros, más humano.

Solo el "FLOP FLOP" de las zapatillas se escuchaba por los altos pasillos. Lo cual era señal de que al emprender la ultima parte de su camino nada iba a molestarlo. Con la linterna iba iluminando las puertas, viendo dentro de las habitaciones, todo en orden. "FLOP FLOP FLOP FLOP", Fernando se detuvo, seguro de que había escuchado pasos delante de él.

- ¿Blanco? - Dijo con tranquilidad. Sabía que los seguros de la puertas estaban puestos y que era difícil se abrieran sin que el los escuchara.

Nadie respondió.

Sintió en la base de su espalda un escalofrío que se formaba y a punto de dispararse le detuvo. A la vuelta del pasillo había una ventana abierta.
Sacudiéndose el frío del cuerpo se encaminó hacia la ventana y decidido la cerró. "FLOP FLOP", definitivamente esos pasos no eran suyos. Alguien más andaba delante de el.

- ¿Bermúdez? - Nuevamente no obtuvo respuesta. Y nuevamente continuó cada vez más seguro de que aquello debía de ser algún tipo de novatada.

Al acceder al próximo corredor le pareció escuchar nuevamente pasos delante de el, y con la linterna en alto empezó a apresurar el paso. Si aquello era un chiste bien estaba dispuesto a caer siempre y cuando no fuera algún interno fuera de su cuarto.
En el siguiente pasillo los pasos se hicieron más claros y Fernando apresuró el paso.

- He! ¿Quien está ahí?! - Logró ver una silueta doblar la siguiente esquina y comenzó a correr, gritando, con la esperanza que sus compañeros le oyeran. Sin embargo, la persona que estaba delante comenzó también a correr logrando mantener la distancia.
Los corredores, altos, anchos, las largas ventanas enrejadas, las baldosas de comienzos del siglo veinte pasaban idénticas, como repitiéndose detrás de Fernando. Al doblar el siguiente codo vio como una puerta se cerraba justo delante de el. Aparentemente su objetivo se había metido en una habitación. Fernando esperó que fuera la del interno, no fuera que se metiera en la de otro y tuviera que frenar de dos locos sueltos. Escuchó el sonido de Blanco corriendo detrás de el, Bermúdez seguramente hubiera pegado la vuelta por si la persecución se seguía.

Agitado Fernando se acercó a la habitación lo más rápido que pudo, y colocando la linterna en su bolsillo se preparó para lo peor. Dos internos descontrolados. Sí ese era el caso iba a tener que contenerlos hasta que llegara el resto. Se tomó un segundo para recuperar el aliento y miró por la ventana de la puerta. Sí, había un hombre de espaldas a el y otro contra la pared. La falta de luz en la habitación no le permitía identificar al otro interno.

Fernando abrió la puerta y el interno que se apoyaba contra la pared le miró con una mueca de pánico que le deformaba horriblemente las facciones. El hombre que le daba la espalda giró preparado para atacarlo y se detuvo, se miró a sí mismo quien acababa de irrumpir en la habitación. Fernando gritó y empezó a retroceder hacia la puerta cuando tropezó consigo nuevamente al entrar. - ¡Jajaja! ¡Se los dije, se los dije! - Gritó el interno contra la pared.

Fernando se despertó en la sala de los enfermeros rodeado por sus compañeros. Quienes le explicaron que le habían oído gritar y le habían encontrado desmayado en la habitación de un interno. El cual estaba saltando sobre la cama a las risas hasta que Blanco y Bermúdez lo sometieron y la nurse lo terminó de bajar con su cóctel especial. Sin embargo, no había nadie más en la habitación, ni le habían seguido. Solo habían escuchado el último grito.

Fernando se incorporó y pidió un cigarro.

viernes, 24 de julio de 2009

La noche del lápiz

Mi lápiz está gastado, tan consumido que apenas se mantiene. Si lo apoyo, rueda lentamente hacia el piso. Lo tomó de nuevo, siento su palpitar; intento escribir con el pero no, muerde rabioso los renglones de la hoja, se retuerce y escupe las palabras con saña, como si ya no quisiera saber nada de nada.
En su último acto de rebeldía escapa de mis manos y se arroja al suelo, quebrando su punta.
Lo levanto del piso y lo miro, esquiva mi mirada. Le grito, le insulto y lo pateo. Solo para dejarlo lejos de mi vista. Me doy cuenta de mi error; me arrodillo y lo busco. Lo busco debajo de la cómoda, detrás del sillón, mezclado con mis libros pero nada, no hay señales del maldito lápiz.
Chillo, pataleo y comienzo a tirar las cosas, correr los cuadros, dar vuelta las almohadas, voltear las vasijas...pero nada. No está.
Me siento, hundido en la desesperación. Me siento con los ojos fijos en lo que he escrito. La hoja sigue ahí, muda, inmutable ante mi tormento. En un acto de pura crueldad la arrugo y la tiro a la basura. Y entonces lo veo, el lápiz, a los pies de mi cama, donde siempre había estado.
Ahora solo resta encontrar la hoja...

lunes, 20 de julio de 2009

Es una idea robada pero divertida.

Caminaba descalzo por la habitación. Los pensamientos llegaban como rayos, ideas, imágenes, problemas, azulejos, plantas, cortinas, avenidas y circunvalaciones. Ya era el quinto día que pasaba encerrado en aquella habitación meditando. Flor de loto, palo podrido, yoga y mucha droga. Sentía como se le empezaba a consumir la cabeza mientras la gente se paseaba por la casa. La casa roja. La recordaba el primer día que la vio desde afuera. Roja, toda roja por afuera y tan podrida por adentro. Los viajes de ácido no le hacían bien, las trompadas tampoco, después de todo eso ya no importaba, ya no importaba no. ¿Quien golpeaba la puerta? Ya era el quinto día que estaba encerrado en el baño. Se escapaba por la noches a comer. En esa casa vivía un montón de gente. Una especie de comuna hippie o algo por el estilo.
Miró su reflejo en el espejo, - Che, te están hablando - le respondió. Gritó, y corrió hasta un rincón. Alguien movía algo pesado en el piso de arriba, los gritos de la puerta subían, se impulsaban y terminaban estrellándose en la pared del baño. Gritó, giró y miró hacia el cielo con ojos perrunos. El techo cayó sobre el.

La puerta se abrió, se escucharon dos voces:

-¿Sabés quien era este tipo? -

- No, parece que era un sabio, o un caracagada -

Y el se iluminó.

jueves, 16 de julio de 2009

Invierno

Sonrisa….falsa. Muchas gracias….falsa. Cualquier cosa te llamamos…falso.

Ya empezaba a lloviznar otra vez cuando venía subiendo por la calle hacia dieciocho. Las primeras luces se encendían dejando a la ciudad en ese estado letárgico. Entre el día y le noche con las luces metidas en el medio. Siempre se le venía esa imagen de una planta dentro de una casa, al lado de la ventana pero iluminada con una lámpara ultravioleta. Una tristeza.
A medida que la lluvia avanza la gente desaparecía. Llegó a dieciocho y es hora pico. Bondis rellenos de gente, autos con las luces encendidas, motos y bocinas haciendo un decorado navideño perfecto en pleno Julio.
Desde afuera la puerta de el antiguo hotel, ubicada ente dos casas parecía no dirigir a ningún lugar. Pero una vez atravesada daba a un pequeño pasillo techado hasta la mitad, con una bombita solitaria a medio camino. Luego empezaba el patio interno sobre el cual se agolpaban las antiguas habitaciones que ahora eran alquiladas por una vieja bigotuda quien aseguraba: “había perdido a su marido por los Tupas”, nunca nadie se animaba a preguntar que quería decir eso exactamente. En todo caso; la puerta, la bendita puerta se hinchaba con la humedad y tuvo que forzarla un poco para intentar entrar. Parecía que el patio se había inundado porque había una fina capa de agua en el suelo que algún alma caritativa había cubierto con pedazos de cartón y diario.

Agradeció a la suerte que por lo menos le concedía la gracia de no tener que cruzar el patio para llegar al “apartamento”. Tomó por la escalera de la derecha que daba a la fila intermedia de habitaciones y de ahí hasta la cuarta puerta.
El ¡Chop, chop! De los championes le indicó que la inundación parecía haberse extendido. ¿Julia estaría en casa? En teoría debería estar. Siempre estaba en la casa. La había vuelto a encontrar hacía un par de semanas y le había invitado a visitarlo. Esa noche se habían acostado y ella se quedó. Parecía ser algo natural, esas cosas que simplemente “suceden” y apenas se notan. Ella dormía la mayoría del día y compartían un par de horas durante la tarde. Caída la noche ella se iba, y el nunca le preguntaba que hacía, es más, tampoco le importaba. No se habían vuelto a acostar desde entonces, pero la compañía le hacía bien (suponía que a ambos les hacía falta) y cuando ella llegaba durante la madrugada metiéndose en silencio dentro de la cama resultaba de lo más reconfortante.

Ojalá estuviera Julia.

Generalmente cuando llovía tenía que apagar el portalamparas porque corría un considerable riesgo de electrocutarse. Ojalá abriera la puerta y estuviese Julia con su pelo negro, corto, desordenado; con la luz de alguna vela que haya encontrado en algún cajón; con el resto del vodka que estaba en la heladera. Meterse un rato en la cama a tomar un trago, fumarse un cigarro, sentir el cuerpo caliente de Julia, sus pies fríos, su nariz fría, un poco de música y dejar pasar un rato. Así, en el momento. Haciéndose compañía en silencio, reales, más presentes que en cualquier momento. Dejando filtrar la lluvia un rato, sacandose la humedad de adentro.

sábado, 11 de julio de 2009

Sobre una noche en vela

Ojeras. Eran dos putas ojeras.
María se miró en el espejo con más detenimiento. Haciendo una minuciosa inspección recorrió sus ojos, sus labios, sus dientes. Abrió la canilla y dejó correr el agua mientras se retorcía nuevamente sobre el water. Ya le quedaba poco en el estómago y la noche anterior se había convertido en una masa gelatinosa (parecido a lo que le devolvía la mirada desde el fondo del water ) e incierta. Los recuerdos volvían como mirados a través de una cortina de agua mientras ella zambullía su cabeza en el chorro de la pileta.
Salió al living y recorrió algunas caras familiares entre la gente dormida. Recordaba ese living al principio de la fiesta. Si no fuera por el color de las paredes y la moquete sucia estaba prácticamente irreconocible.
La luz entraba por la ventana del apartamento, María vió la tarde que comenzaba a caer. No tenía reloj. Nunca usaba reloj y se preguntó que hora sería. Se suponía que había un reloj de pared cerca de la puerta pero el espacio ahora se encontraba vacío.
Buscó su campera entre la gente que ahí dormía, encontrándola como almohada de una pareja que parecía haberse apropiado de los abrigos de toda la comitiva para no pasar frío. Probablemente estaban tan borrachos que ni cuenta se dieron de cuando la recuperó.
Caminó hacia la puerta que por suerte estaba abierta. No quería enfrentar al dueño de casa, no quería que tener que pasar por la molestia de despertar a alguien con sus olores, sueño y los recuerdos, los recuerdos que sentía agolparse detrás de su cabeza pero de los que no quería saber nada.
El ascensor llegó rápido, la resaca se empezaba a sentir. Al entrar recordó que estaban en un piso doce de un edificio de pocitos. Apretó el botón que decía PB. De entre la niebla de la noche le surgió una canción de Tom Waits que no venía al caso. No sabía porque; pero siempre solía acordarse de esas bobadas, sobre todo cuando necesitaba llenar la cabeza con algo que le presentara pelea a la resaca que ya se adueñaba casi completamente. Le dolían los dientes. No podía evitar la sensación de que ella estaba ahí, de pie contra una esquina del ascensor sin moverse y que al revés de lo que suele creerse era el resto del edificio el que subía.
Llevó la mano derecha al pequeño bolsillo del jean buscando algo que no encontró. Y ahí se acordó.

-¡La puta madre que lo parió!-

Golpeó la pared del el ascensor que amagó a atascarse.
La bolsita con la merca no estaba y si algo le molestaba era no saber que había pasado con ella.
"And they all pretend they're Orphans
And their memory's like a train"

Su cerebro aceitado por el alcohol se disparó a la búsqueda de la bolsita perdida. Sin embargo había una significativa porción de la noche perdida, estrellada en mil pedacitos de cristal que ahora se clavaban en su cabeza.
"You can see it getting smaller as it pulls away
And the things you can't remember
Tell the things you can't forget that
History puts a saint in every dream"

“Perdido por perdido”, mejor no pensar más en la escama y ponerse la campera. Bien abotonada hasta arriba.
"Well she said she'd steak around
Until the bandages came off
But these mamas boys just don't know when to quit"

El portero la recibió con una mueca entre sonrisa y que-cara-mija mientras le abría la puerta con un sonoro “Buenas tardes”(demasiado sonoro para el delicado estado de los tímpanos de María).
El frío golpeó con fuerza contra su cara y se coló hasta sus huesos que parecían más sensibles que de costumbre. Conocía la sensación. Buscó un pucho en el bolsillo de la campera y a esperar el bondi.
Por suerte Waits aún le cantaba al oído:
"And Matida asks the sailors are those dreams
Or are those prayers
So just close your eyes, son
And this won't hurt a bit

And it’s time, time, time..."

jueves, 9 de julio de 2009

24 por segundo

Te reís de todos los chistes?
Sos el cuarto de un ménage à trois


Todo parece cubierto de una fina capa de ese mismo material del que están hechos los sueños. Quedando distante como ecos de imágenes, voces, datos y acciones. Pero durante esa "mecanización" de la vida es imposible alejarse de la sensación de estar sentado justo detrás y bajo el cerebro, observando todo.
Mientras dure el pop y la coca-cola todo funciona de maravilla: El espectáculo es interpretado y reinterpretado una y otra vez. Cierta parte de uno se vuelve un ávido cinéfilo y aprende a ver el detalle de lo proyectado sobre la pantalla. Desde la envoltura y desenvoltura de sus personajes hasta los puntos que marcan el inicio de un nuevo rollo de cinta. Y aunque el guión apeste, los infinitos finales sean predecibles (además todos dan pie a una segunda parte que es aún peor que la primera), lo largo, lo lento de la cinta y aunque la sobreactuación sea un lugar común ese pequeño espectador no alza la voz, no se para y huye de la sala, ya sea para ir a su hogar o para cambiar de filme. Y jamás, pero jamás, habla con nadie de lo que ve. Pues en esa sala no hay nadie más que el.

Algo ahi

Hay algo ahí, sé que hay algo ahí.
Algo ahí.
Mi mente se va, puedo sentirlo.
Mi mente se está yendo.
Se va ahí,
Se va, se va, se va.
Stop it!
Se va y me mira desde la oscuridad.

Me voy intranquilo camino abajo. Con un leve recuerdo de saber que había algo allá.

lunes, 6 de julio de 2009

Historias inconclusas

Dos tazas, dos platos, un sofá, una televisión que cumplía (y con eso alcanzaba, ya que la mitad de las cosas que se permitían tener o bien cumplían una función específica que respondía a sus intereses o cumplían con “lo que una casa debe de tener”), una radio con “pasacassette”, un par de reliquias (un toca discos y algún afiche viejo), una pequeña biblioteca; dos sillas (y dos más para invitados), dos botellas de shampoo, dos cepillos de dientes. El mundo binario era interrumpido por varias excepciones, algunas ya mencionadas pero una aún más importante. Una-sola-cama.

Mauricio estaba de cara al sol. Siempre le había parecido que el sol en Montevideo “quemaba” distinto que en otros lugares. Bah, esa era la diferencia. Según Mauricio ahí el sol no quemaba, más bien lamía las cosas.

-Mauri, ¿Sabés donde está mi disco de la Velvet?-

Desde esa posición en el piso podía ver el pelo enrulado de Analía surgir del piso del altillo y frenar hasta que quedaran sus ojos a la altura del suelo. Mauricio giró quedando boca abajo. Apoyó su mentón sobre la madera del altillo.

-Ni idea…-

Unos segundos de silencio. Hacía tiempo que no se fijaba en los ojos claros de Analía.

-Si no está en la caja con el resto de los vinilos ni idea- Dándose por desentendido volvió a su posición original. De cara al sol.

-Mauri… ¿Vos qué vas a hacer ahora?- Había algo similar a la culpa en su voz. Mauricio entendió que Ana seguía ahí; sentada en la escalera del altillo -… ¿Vas a volver a Buenos Aires? –

Dejó la pregunta flotar unos segundos en el aire. Llenando poco a poco la habitación mientras el sol montevideano le lamía la cara. Recordó que hacía un par de semanas que no se afeitaba.

-No sé, puede ser. Todavía no pensé mucho en eso. Antonio me ofreció quedarme allá, a la casa de mis viejos no vuelvo ni en joda. El otro día hablé con ellos, preguntaron por vos-

Silencio

-No les dije nada – La frase cayó como una sentencia, seca, cortando la habitación en dos. – Ahora dejame tranquilo que tengo cosas que pensar –

Pensar. Sí, pensar. En los cajones vacíos, en el altillo, en pelo de Analía, en la cama, en los discos, en el café, en los libros. Tenía que pensar en todo menos que iba a hacer en los siguientes días. Algo que había aprendido a hacer cuando vivía con Antonio en Buenos Aires, “Algo ya va a aparecer” decía el flaco cuando alguno perdía el laburo y había que pagar el alquiler. Y en ese puto sol de mierda que no dejaba de lamer.

sábado, 4 de julio de 2009

Entre cafés y cigarros

Ye - ¿Sabés cual es mi problema?- digo mientras prendo otro cigarro - Mi problema no es la raza humana, yo amo a la raza humana, mi problema es la gente...No es la raza humana, son sus exponentes ¿Entendés lo que te digo? -
Ve - Se...¿Sabés lo que te pasa a vos Ye? - Dice mientras suelta una porción de su cigarro ahora convertida cenizas - vos sos un humanista típico; humanista versión uno punto uno -
Ye - Sí...puede ser - Largo más humo, estas cosas me dan asco - Una vez me dijeron que en realidad no soportaba a las personas porque era incapaz de soportarme a mi mismo...lo más honesto que pude responder fue que seguramente fuera verdad -
Ve - Tsk...te lo dije. Y además sos un fronterizo de mierda -
Ye - Andate a cagar -

jueves, 2 de julio de 2009

#7

"Veo a través de tus ojos. Veo vacíos bloques de concreto.
Destripo tu alma, desnudos tus huesos se ven,
flores de blanca carne. Olor a podrido.
Busco entre tus piernas y no encuentro nada.
Llantos y vacíos, pedazos de dios y un tiritar inmenso,
gris y seco."

Otra noche larga

La cabeza rebotó contra el estante que había detrás y con el golpear de la cabeza las botellas que habían allí se agitaron. Una, dos, al piso.

-¡Hijo de puta, te voy a matar a palos!-

En su cara se dibujó una sonrisa de confort.
Desde su singular posición podía ver todo el local: Los estantes repletos de botellas y "comida", las heladeras repletas con cervezas, agua, jugos y demás porquerías. El vidrio que daba a la calle por la que apenas pasaba gente y sobre el cual ya se habían agolpado uno o dos intrigados por el nuevo espectáculo que gratis les ofrecían. Dentro del local tres personas: Ella sobre la puerta (ahora cerrada con una cadena y un candado bastante pesado, o al menos así se veía desde ahí) con su campera marrón, su pelo corto y opaco; su mirada vagaba entre la extraña pareja de enfrente y el universo infinito. Estaba el "otro tipo", que se apoyaba contra el mostrador con cara de póker y un teléfono en la mano. Y finalmente estaba la cara rechoncha y colorada de su agresor que se desdibujaba en el fondo del retrato.

-¡¿Y te vas a quedar acá quietito hasta que llegue la policía me entendiste?!- Hablaba entre dientes, como mordiendo las palabras, apenas dejándolas escapar.

Ella había dicho que se quedaran tranquilos y eso iba a hacer. El cuello le dolía, las costillas le dolían y si su agresor seguía apretando pronto iba a quedarse sin aire. Pero nada de eso le molestaba, el estaba tranquilo, desconectado, Zen. Su mente estaba diluida en un caldo de pastillas y alcohol. Nada le podía tocar.

La mano aflojó y cayó al piso. Cayó como caen las personas inconcientes, golpeando el suelo con todo el cuerpo al mismo tiempo. Cayendo tan bajo como pueden caer. Un sonoro !PLAF¡ de una botella compañera coronó la caída. Su pelo negro, lustroso y enmarañado se baño en el charco de sidra barata; el cual protegido por una espesa capa de grasa parecía no absorber el líquido.

El agresor le gritaba algo a la gente de afuera, su cuerpo grande y macizo se recortaba bien contra el vidrio y la noche. Si tuviera fuerzas se le hubiese tirado arriba, hubiera hecho estallar el vidrio en mil putos pedazos que se le clavarían al agresor y correría calle abajo hasta encontrar algún escalón o un baño.
Ella pareció leerle la mente; y todo sucedió en cámara lenta: saltó del piso y caminó derecho hacia el agresor, tomó una de las botellas y se la partió contra la cabeza, tirándole al piso mientras le insultaba. El otro no perdió el tiempo y la agarró por detrás levantándole del suelo. Entonces el se paró y fue directo a su encuentro. Forcejearon unos segundos que se hicieron eternos y en un instante ambos se encontraban corriendo calle abajo. El otro había atravesado el cristal y ahora empezaban a sonar unas sirenas distantes.

-!Mierdamierdamierdamierdamierda...!- Repetía ella mientras su sangre se habría paso a través de las agotadas venas.

Corrieron tan lejos y tan rápido como pudieron. Sin dirección, sin conciencia. Era un acto puramente instintivo. Salvarse, eso era todo lo que contaba.
Agitados y agotados terminaron escondiéndose detrás de un viejo edificio que era hogar de unos pocos indigentes y refugio de incontables ratas.

miércoles, 1 de julio de 2009

#24

"Pasé las ultimas dos semanas en cama. Absolutamente sedado por los mata-sanos, arruina-mentes, la gente blanca con voces asquerosamente agradables.
Hace dos semanas que entre acá, no tengo muy claro en que condiciones o de que manera. La primera semana me resistí a toda clase de medicación. Al ver que no había manera de hacerme tragar esas inmundas, asquerosas pastillas, pasaron al plan B, y ahora mis brazos y piernas parecen superficies lunares. Espacios en blanco irritados y llenos de agujeros.
La segunda semana dejé de pelear. Quizás fue el cansancio, quizás estaba demasiado drogado como para resistir cualquier clase de invasión, de desviación de esta horrenda realidad.
Aún ahora, en estos minutos libres, entre inyección e inyección me es difícil concentrarme. Pensar es como nadar en vidrio.
Hace cuatro días comencé a ver un punto fijo, una mancha de humedad en el techo del cuarto. De esa manera pasan más rápido las horas, las agujas, los gritos ajenos y propios. Dicen que si me sigo portando bien y si prometo no volver a escupir las pastillas lava-cerebros me dejarán de pinchar.
La mancha de humedad se queda quieta, yo tendría que hacer lo mismo. Ella lo pasa tan bien ahí: quieta, tranquila, sin ningún esfuerzo. No como yo, que cada vez me cuesta menos. Al fin y al cabo; ya soy espacio en blanco, un basurero de desechos médicos y toxinas, no veo razón alguna para no jugar mi papel.
En fin... todos necesitamos, de una manera u otra, escapar de nuestros fantasmas."

martes, 30 de junio de 2009

#32

Siento en su voz
los hilos mas pesados
dejo pasar
las horas, las caricias.
Un corazón
que usé de cenizero
sangre en el pecho,
los dientes en el suelo.

lunes, 29 de junio de 2009

Llueve (o eso dicen)

La ventana da al mar
no, no da al mar,
da a la calle.
La lluvia empieza a caer mientras la gente desaparece.
Afuera huele a invierno...
y adentro hace frío.

Medio paquete de tabaco y un buzo fino.
La ciudad esponja se escurre bajo mis pies mientras camino.
Se bebe mis pasos y en cada tacho de basura un encanto.
La ciudad, la puta ciudad esponja se chupa la que queda en mi vaso
Me deja en bolas y me obliga a volver.

No, la ventana no da a la calle
La calle da a la ventana
Y ella a mi humo
Y a travez de mi humo...a mi nada.
No hago más que mirar
no ago más que mirar
no hago más que mirar
que mirar
que mirar
que mirar.

SPLASH and Hang on to your IQ.

#12

Si quizás tus piernas rozaran con las mías, si quizás. Si quizás saltaras de alegría
si juraras sobre esa cama sucia algo que nunca jurarías.
Si tan solo no anduviera tan solo o tan vasto. Buscando las causas y porqués, mirando
las fotografías sin estar ahí, desgarrando las cortinas parar verlas mejor.
Algo anda mal, todo explota y mi cuerpo parece decir "hasta acá llegaste, no-va-más".
Y ni mis rituales (mis queridos rituales), ni mis ventanas (escarchadas por la tarde),
ni mi música, ni mis libros parecen surtir efecto.
Estoy perdido, y perdido perdí mi agujero de conejo,
Sintiendo, poco a poco, como se me escapa el tiempo, las ganas y mis delirios de Pan.