viernes, 26 de febrero de 2010

La última hora del día

Un amasijo de carne, dientes y pelo
El olor dulzón del ron que calienta las venas
En las paredes, los manchones de humedad,
el humo te ahoga de a poquito.

Las ventanas que brillan reflejando el brillo de las luces y los ojos,
se reflejan....


pulsos.
Que vienen de distancias diferentes, lugares más allá de la visión.
La nieve, negra ya empieza a caer.
Y vas sorteando charcos, cruzando veredas mentales, corriendo al tiempo del nunca llegar.
A traves de semáforos, rojos, verdes, bancos...de plazas, de cines, de charlas. Tugurios e inimaginables enemistades callejeras. Canciones de paz y cumbias villeras.

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