miércoles, 10 de octubre de 2012

1316


 
  Cuando sublimar no alcanza.

 ¿Qué se hace cuando el beso lava las heridas,
  pero deja el sabor amargo del recuerdo?
  No es solo cambiar de dueño,
 no es solo apretar los dientes y esperar.
 También hay que ser honesto.
 También hay que dejar de ser perro.

 Cuando la sonrisa cómplice es un esfuerzo.
 Cuando se avanza a fuerza de peso.
 Ni la pena, ni la verguenza, ni la ilusión,
 alcanzan para convencerse, para transformarse,
 para volver a ese salón.
 Donde el abrigo es eterno, 
 donde siempre brilla el sol.

1 comentario:

  1. Muy bueno... muy cierto... Hay que ser honesto, hay que dejar de ser perro... es lo más difícil, pero hay que se honesto.

    Amo a David Bowie!! y esta canción me fascinaaaaa!!!
    Siga escribiendo amigo!

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